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Esta histórica firma debe su nombre a una de sus mejores fincas en la Rioja Alta. Se trata de una espectacular colina cubierta de vides ubicada en las proximidades del municipio de Fuenmayor, donde también se encontraba la bodega fundada en 1874 por Alejandro Navajas y su hijo José Luis.
La familia Navajas, cuyos miembros se habían formado en Burdeos, introdujo todo tipo de innovaciones técnicas gracias a sus intensas relaciones con negociantes y comisionistas del Médoc. Durante décadas se consolidó como un productor de vinos sólidos y de gran longevidad, muy al gusto de la epoca. En 1973 la empresa fue adquirida por el grupo jerezano Osborne, quien desde hacía años pretendía entrar en el negocio del Rioja. La nueva empresa se benefició de enormes inversiones económicas y de un crecimiento que no repercutió en la calidad de sus vinos.
Bodegas Montecillo seguía el esquema clásico de los vinos finos de Rioja. La gama de crianzas y claretes (Viña Cumbrero) eran vinos de gran frescor y dotados de una notable cantidad de fruta que con los años de guarda se integraba perfectamente con la barrica. El reserva Viña Monty era el tinto más prestigioso y en sus mejores añadas rivalizaban con los mejores vinos elaborados en Rioja.
Vinos históricos: Viña Cumbrero (blanco, rosado), Viña Cumbrero Crianza, Viña Monty Reserva, Viña Monty Gran Reserva, Montecillo Gran Reserva, Montecillo Selección Especial Gran Reserva.